Edge of Spider-Verse #4
Escritor: Clay McLeod Chapman
Ilustrador: Elia Bonetti
Colorista: Veronica Gandini
Spider-Verse, evento de Amazing Spider-Man, es un cúmulo de
fanservice. No hay otra explicación, viniendo Dan Slott con una idea que fue
desarrollando como un escaparate para un sinnúmero de arañas que todos los
aficionados de sus comics hemos conocido a lo largo de la historia del
arácnido. No ofrece la panacea ni intenta ser algo que se inmortalice a través
de los tiempos. Y esta propuesta -nada original, pero sí disfrutable -, traida
por Editorial Televisa, también ha servido de oportunidad para expandir el
multiverso, darnos nuevas visiones, distintas, de este personaje.
En esta ocasión es el turno de Patton Parnel, un adolescente poco
empático con los insectos, manifestando un pensamiento exageradamente estructurado y tendencias vouyeristas hacia su joven vecina y
compañera de colegio, Sara Jane. Al igual que Patton, Peter ha perdido a sus padres, y se encuentra bajo la custodia de su Tío Ted, siendo éste completamente lo opuesto del icónico Tío Ben: se trata de un personaje que le ha enseñado a Patton a través de sus actos que "un gran poder implica un mayor deseo".
Patton, durante un viaje escolar a las Industrias Alcorps, famosas por sus experimentos con animales éticamente cuestionables, encuentra a una araña manipulada genéticamente. Y la historia comienza, aunque, con funestos resultados. Se trata de algo que, si bien no presenta algo
innovador o sorprendente, si nos muestran una perspectiva más fatalista acerca
del mito de El Hombre Araña: ¿Qué hubiera pasado si Peter no fuera el bonachón
que siempre ha sido, qué pasaría si fuera un psicópata el que adquiere los
poderes de araña?
Lo primero que notamos en la portada regular es la semejanza con los carteles de aquellas películas de terror de los años 30s. Y a partir de ahí nos podemos dar cuenta del mensaje principal que quiere otorgar esta entrega: una historia que nos transmita miedo de los modos más clásicos, como aquellas narrativas de monstruos del cine a blanco y negro, De hecho, conforme avanzas la lectura, casi puedes escuchar la mítica música de las mencionadas obras cinematográficas. De hecho, este comic fue escrito por Clay McLeod Chapman, quien tiene en el terror su género más conocido. Por su parte, Elia Bonetti en las ilustraciones, y Veronica Gandini en los colores, complementan de buena manera la historia de Chapman: son dibujos efectivos para darle una adecuada envoltura al ambiente tenso y perturbador.
Edge of Spider-Verse #4, a grandes rasgos, cumple. Se trata de un relato sin grandes pretenciones, cuyo final abierto es esperable y al mismo tiempo escalofriante. La verdad no aporta mucho al evento, más allá de presentarnos una raya más al tigre que conforma el spider-verso. Sin embargo, si les gusta este género y les da curiosidad saber cómo se puede aplicar en Spider-Man, les recomiendo que le den una ojeada.
¡Aracnofóbicos, absténganse de leer este número! ¡Quedan advertidos!
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